28 octubre 2010

Niñerias

Tal vez estoy amargada, pero eso de disfrazarse no me gusta, se me hace infantil, las chicas con las que me junto ahora se pusieron de acuerdo para que TODAS LAS NIÑAS SE DISFRAZARAN DE HADAS jajaja y me decían;
 -Y tu Dany ¿de que te vas a disfrazar?...
 -De nada!...
Mientras ellas se disfrazan yo me la pasare bien, tengo una POWER jaja. Ok lo admito últimamente no se que me pasa, al principio del semestre dije me aplicare en la escuela y cero vicios ni si quiera visitare a mis amigos de la playita, y ahora casi no entro a clases y de un mes para acá, le eh robado antidepresivos a mi madre, me tomo 2 en la mañana DIARIO.

Me duele la garganta horrible, tengo las anginas enormes, hasta pasar saliva me duele, pero claro no paro de vomitar ni de fumar, también me arde la panza (creo que es la gastritis por que deje de tomar las pastillas) y odio que me arda por que tengo que comer a cada rato y eso hace que también tenga que vomitar a cada rato, estoy desesperada y decepcionada de mi. Estoy enojada como una niña chiquita que no tiene lo que quiere y solo va y se tira en su cama.
Mi mano que uso para provocarme el vomito es un verdadero asco, mis dientes están demasiado amarillos, fumar + vomitar es una joda para mis dientes y mi garganta, mi cara no se diga, hoy una amiga me dijo "Pareces muerto" y un amigo me dijo "¿Tienes frió? (agarro mi mano y me dijo) "Estas bien fría y bien pálida". En resumen yo me siento un asco y los demás corroboran que estoy en lo correcto.


POWER



2 comentarios:

  1. Jaja lo dices como pícara, "además... yo tengo una power".
    Me imagino tu mano, seca, llevada del putas, ni se diga tu garganta y tus ojeras... Siento mucho lo que sientes, y que las cosas que para los demás serÍan divertidas son totalment patéticas...
    No ando de ánimo para decirte más, mejorate.

    ResponderEliminar
  2. Ayyy q espanto prin!!! Espero que mejores pronto y trata de vomitar un poco menos? tal vez te alivies más rápido así...

    Un beso ♥

    ResponderEliminar

en las palabras no hay limites